martes, 12 de abril de 2011

La verdadera historia del bolígrafo del millón de dólares

Hoy se cumplen 50 años del primer viaje del hombre al espacio, realizado por Yuri Gagarin. Y la historia que hoy nos ocupa también tiene que ver con la NASA.

Existe una frecuente leyenda urbana que dice que tras los primeros vuelos espaciales tripulados, la NASA se percató de que los bolígrafos normales no funcionaban en el espacio. Así, contrataron a Andersen Consulting (ahora Accenture), y tras una década de investigación y 1 millón de dólares, lo consiguieron. Los rusos, solucionaron el problema usando un lápiz.

Sin embargo, la NASA nunca hizo tal cosa. Es más, durante los primeros vuelos los se usaron también lápices, aunque para los vuelos Gemini encargaron lápices mecánicos a la empresa Tycam Engineering Manufacturing, Inc. a un precio de 128,89 dólares por unidad, que hoy serían 900 dólares aproximadamente.

El bolígrafo AG-7.
Más tarde, en 1965 Paul C. Fisher (de la Fisher Pen Co.) diseñó el Fisher AG-7 Space Pen, un bolígrafo capaz de funcionar en condiciones de ingravidez, bajo el agua u otros líquidos, y en un rango de temperaturas que iba de los -34ºC a los 121ºC, ofreciéndoselo a la NASA, que se hizo con 400 ejemplares en 1969 para el programa Apolo, a 6 dólares la unidad. Los rusos se hicieron con otros 100 bolígrafos ese mismo año. Hoy en día, es posible comprar el bolígrafo por unos 50 euros.

El astronauta español Pedro Duque, escribió una interesante carta sobre el tema de los bolígrafos.

FUENTES: [1] [2]

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