jueves, 19 de mayo de 2011

La siesta

Siempre suelo escribir sobre lugares y costumbres ajenas a mi país porque me gusta conocer nuevas culturas, tradiciones, etc. Sin embargo, hoy he decidido que quizás nuestros lectores de otras partes del mundo (a los que saludamos desde España) pensarán lo mismo que yo, por lo que me he decidido a escribir sobre algo español... ¿Y qué es más español que la siesta?. Bueno sí, quizás el ir de cañas y tapas, los toros, el flamenco, el desempleo...¡uy no!, que eso no iba aquí. En fin, ya vendrán algunos artículos más con el tiempo, que aún este blog es joven.

La siesta, consiste en descansar algunos minutos después de almorzar, 20 ó 30, aunque para algunos esos minutos se conviertan en horas. Esta expresión viene del latín hora sexta, que expresa el lapso del día comprendido entre las 12 y las 15 horas, cuando antaño se hacía una pausa en las labores cotidianas para descansar y reponer fuerzas debido probablmente a su orígen: la Regla de San Benito (año 540 d.C.), cuyo principal mandato ora et labora, prestaba atención especial a la regulación del horario, teniendo en cuenta el aprovechamiento de la luz solar y las estaciones del año, para conseguir un equilibrio entre el trabajo (agrario), la meditación, la oración y el sueño, obligando a los monjes a guardar silencio y reposo de dicha hora.

Durmiendo la siesta en una hamaca.
Fue la lengua española la que finalmente creó el término que actualmente conocemos, evolucionando los términos "sextear" o "guardar la sexta", hasta deformarlos popularmente en "sestear" o "guardar la siesta".

Aunque nos parezca una invención o tradición española, tiene una explicación biológica, siendo una consecuencia natural del descenso de la sangre después de comer, desde el sistema nervioso al sistema digestivo, porovocando esta somnolencia. Si además a eso le añadimos las copiosas comidas o banquetes que nos damos aquí, como un buen potaje... esto es, las rutinas alimentarias en las que la comida más abundante es el almuerzo. Aún más, añadamos el calor de España o antaño, de sus colonias situadas cerca de los trópicos, siendo la hora de después de comer cuando más calor hace, y que incluso los animales aprovechan para descansar. Independientemente de haber comido o no, la depresión o somnolencia postprandial es un elemento que surge aproximadamente a las 8 horas después de despertarse, y después de las comidas por supuesto.

Se ha demostrado que una siesta de no más de 30 minutos mejora la salud en general, la circulación sanguínea y previene el agobio, la presión y el estrés, además de favorecer la memoria.

Pero, ahora que lo pienso, quizás la siesta no sea tan típicamente española, ya que está muy presente en Latinoamérica, como en China, Taiwán, Filipinas, India, Grecia, Oriente Medio y África del Norte. Desafortunadamente, la tradición está retrocediendo especialmente en las ciudades, ya que el ritmo de las mismas es mucho más acelerado.

Hombre durmiendo la siesta en Ouagadougou.
Eso sí, en España normalmente el ritmo normal del día suele estar dividido en dos periodos, mañana y tarde, con una pausa de 2 ó 3 horas durante la comida, incluso en jornadas laborales. Al final, la hora sexta va a ser la culpable de que salgamos tan tarde del trabajo...

Nota: Aquella siesta que se duerme antes de comer se conoce como Siesta del Carnero. En ocasiones se le llama Siesta de la burra, o incluso Siesta del Canónigo. Como reza un refrán: "En invierno al humero y en verano la siesta del carnero".

FUENTES: [1]

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