Papel higiénico. |
Mucho más tarde, en 1391 unos emperadores chinos ordenaron la fabricación de hojas especiales para el baño de 0,5 x 0,9 metros de longitud. Los colonos norteamericanos prefirieron las mazorcas de maíz hasta bien entrado el siglo XVIII. Mientras, en islas como Hawai, se utilizaban las cortezas de coco.
En otras zonas rurales, en el siglo XVIII, cuando el periódico se volvió algo común en las casas, era éste el que se usaba. El público perdió "interés" en ellos a partir de los años 30, cuando las tiendas comenzaron a editarlos en papel satinado, siendo motivo de queja. Aún en el siglo IX, aun las personas solían limpiarse con hojas de lechuga y con agua.
En 1857 el empresario neoyorquino Joseph C. Gayetti sacó a la venta el llamado "papel terapéutico Gayetti". ¿Terapéutico?, en realidad, se trataba de hojas de papel especiales para el baño, aderezadas con aloe, que eran vendidas como antihemorroides. Se vendían 500 unidades por paquete, cada cual con una marca de agua con el nombre de su inventor, con un costo total de 0,50 dólares.
Poco después, en 1867, dos hermanos estadounidenses, Edward y Clarence Scott lo popularizaron en Estados Unidos gracias a que ofrecían el producto en pequeños rollos.
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El gran reto para la tecnología del papel higiénico siempre ha sido el de lograr una fibra más "gentil" al tacto. Por lo que en 1942 la empresa St Andrew, de Reino Unido, saca un papel de dos capas, que supuso un avance notable. Un par de años después, en 1944, la empresa Kimberly-Clark fue distinguida por los EE.UU. debido a los heroicos esfuerzos en el suministro del producto a los combatientes de la II Guerra Mundial.
Y así hasta nuestros días. Ahora sólo queda resolver el Gran Debate: ¿cómo instalar el papel higiénico? ¿Y tú, lo instalas de la forma A o de la B?. Yo sin duda soy de la primera.
FUENTES: [1] [2] [3] [4] [5]
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