No me he podido resistir a poner esta entrada al verla en
Visión Beta. Se trata de la historia del mueblero Rafael Díaz, un valenciano que emigró a Buenos Aires y su particular chalet de estilo normando. Éste personaje llegó a finales del siglo XIX y trabajó de mozo, se asoció a otros españoles para sus primeros negocios y en la decada de los 20 creó
Muebles Díaz, pionera en vender mobiliario con financiación. Pronto, la empresa se convirtió en un gigante de América Latina en donde, "
en cada piso se exhibía un estilo distinto", según cuenta su bisnieta Mónica Abal de Schiavon.
En una época donde empezaban a surgir las grandes chalets y mansiones junto al mar, decidió copiar una de esas villas que admiraba cuando veraneaba junto al Mar de Plata, pero en un lugar inimaginable:
encima de otro edificio. El chalet, que aun hoy sobrevive desde 1927, el año en el que acabó su construcción, se puede observar en lo alto del edificio
Sarmiento 1113, en la que más tarde se convertiría en la avenida más ancha del mundo, la
Avenida 9 de Julio, y a pocos metros del
Obelisco.
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Imagen del edificio con la publicidad de Muebles Díaz. |
Increíblemente, no quería la casa para vivir, simplemente el chalet servía como un lugar de descanso para almorzar y dormir la siesta hasta regresar a su trabajo...debajo de su casa. Éste hombre se hizo con edificios, cines, teatros, hoteles, etc. Incluso creó una emisora de radio llamada
LOK Muebles Díaz para publicitar sus muebles, que pasó a ser
Radio Rivadavia en la década de los 30 tras su venta.
Rafael murió lúcido en 1962 pese a sufrir una
hemiplejía. Sus hijos, liquidan el negocio de la mueblería, ya en decadencia, para alquilar los pisos del edificio, que hoy restaurado, funciona como una confitería para el personal de las empresas del edificios. Toda una historia.
| La Avenida del 9 de Julio y el Obelisco
con el chalet al fondo, por Mike Disharoon. |
| | Imagen de la casa a lo lejos del Obelisco,
por Dandeluca. |
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FUENTES: [1] [2] [3]
Original si que es.... y las vistas debian ser extraordinarias.
ResponderEliminarY después dicen que los españoles no tenemos imaginación.
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