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Cuando se repiten de manera insistente la causa puede ser debida a una exposición a ruídos intensos o problemas en alguna zona del cuerpo diferente del oído: lesiones en la columna o en los huesos de la cara, personas hipertensas y diabéticas. Otras causas del pitido de oídos suelen ser el consumo excesivo de alcohol, cafeína y nicotina, la tensión y el estrés, y finalmente algunos fármacos como el ácido acetilsalicílico (aspirina), determinados antibióticos, diuréticos...
En ciertas circunstancias, individuos, con audición normal, desarrollan tinnitus espontáneo cuando se encuentran en un estado de silencio total. Realmente no se conocen las causas de éste fenómeno ni tampoco su cura, aunque se pueden reducir los efectos.
Otro fenómeno parecido es el acúfeno pulsátil, que son esas situaciones en las que nos "late" el oído, es decir, notamos nuestras pulsaciones en el oído. La razón detrás de este extraño fenómeno es un flujo sanguíneo errático o constreñido en las arterias que atraviesan las regiones de la cabeza y el cuello del paciente, que a veces corresponde a los latidos del corazón, vinculados a la arteria carótida y la vena yugular. Este fenómeno entra en la categoría de acúfeno subjetivo, en el cual el sonido es oído sólo por la persona afectada y nadie más.
FUENTES: [1] [2] [3] [4] [5]
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